Dirigido por Jonathas de Andrade
Situado en la costa nordeste de Brasil, un pueblo de pescadores con el ritual de abrazar a los peces cuando llega la hora de pescar. Un abrazo fronterizo -un rito de paso- en el que el hombre recupera su estatus de especie y, ojo a ojo con su presa, la calma mediante una ambigua secuencia de gestos: afecto, violencia y dominación. El sueño romántico de una comunidad en armonía con su entorno atestigua la falta de conexión entre los habitantes de las ciudades y la naturaleza que les sirve. Entre la ficción y la realidad, la documentación y la fantasía, la naturalidad de la dominación oculta la espina dorsal de esta relación, constituida por el ejercicio constante de la fuerza, el poder y la devoración.